UNA VIDA DE TRES PERROS de Abigail Thomas

Una vida de tres perros (A Three Dog Life) es una libro de Abigail Thomas (Boston, 1941) de 2006 y publicado en español por Errata Naturae en 2023, en la que la escritora nos cuenta su experiencia vital tras el accidente que sufrió su pareja y cuyas secuelas le condenaron a vivir en una residencia.

Es la primera obra de esta autora publicada en español. Una mujer que empezó tardíamente a escribir, con casi 50 años y que ha conseguido sus mayores reconocimientos con este libro, donde la protagonista es ella misma y su búsqueda de una nueva vida y la felicidad, a pesar de lo ocurrido. El libro tiene una tesis interesante, incluso algo rompedora, la idea de que el accidente de tu ser querido y una secuelas que impidan que pueda valerse, no suponga que debas enterrarte con él en vida, sino encontrar un equilibrio entre su ausencia-presencia y continuar viviendo en plenitud, compatibilizando esta situación.

Sin embargo, en lo que a mi análisis literario se refiere, diré que su lectura me ha dejado algo frío. Es un libro de memorias, interesante en su planteamiento, pero algo insulso en su desarrollo. Partiendo, como hemos dicho, de un acontecimiento interesante y traumático, en el que tu pareja tiene un accidente, con graves secuelas, no puedes vivir con él, la vida sigue, debes autojustificarte, de fondo puede asomar la mala conciencia, etc…, a partir de ahí, el desarrollo lo encuentro endeble, poco robusto.

Falta emoción en un relato algo repetitivo, donde se reincide hasta la saciedad en el papel de los perros en la historia (aquí mi escasa sensibilidad animal quizás sea la que me aleje de la empatía perruna), las visitas al hospital están contadas casi a modo de inventario, hay una amplia sucesión de rutinas domésticas (no me fascinan las enumeraciones de los  alimentos que contiene un frigorífico), ….nada me atrae en exceso. También, el que la autora cuente una historia tan personal, pero al mismo tiempo parezca dejar fuera tantos elementos de ella misma, como por ejemplo el propio hecho de que es escritora, el inexistente rol de sus hijos, la relación con otras personas,….todas estas piezas o no existen o se tornan apenas episódicos, dando relevancia exclusiva a su ensimismamiento. Creo que todo ello, acaba dotando de cierta frialdad a una obra, que de tanto pretender no dramatizar, quizás se pasa, no provocando en mi opinión, una empatía con el personajes y sus circunstancias ni ningún sentimiento verdaderamente profundo

Así, el relato se sumerge en cotidianidades, repeticiones de recuerdos, perros, visitas y un punto a lo Oliver Sacks en todo lo referente a las consecuencias de un accidente en el cerebro y las conductas que provoca, dónde situamos también el postrero y sobrevenido interés de la protagonista, por los dibujos que crean estos enfermos (insisto, todo muy Oliver Sacks).

No veo altos ni bajos, no veo emoción, no hay drama (que debería, ya que no deja de ser una tragedia la que marca toda la historia) y la comedia, que como en la vida también debe estar presente en cualquier situación, no me genera apenas sonrisa, ni complicidad alguna. Así, al final, ninguno de estos caminos por los que deambula el libro, me transmiten ningún sentimiento profundo.

Quizás el problema lo tenga yo. He compartido lectura con otras personas, cuyas opiniones estimo, a las que el libro les ha gustado mucho. Pero en mi caso, ni su tono, ni su desarrollo, ni lo que cuenta, llega a interesarme demasiado, ni mucho menos a estremecerme. Puede que sea mi agotamiento y saturación por la autoficción y todos sus aledaños, lo que me aleja de historias como esta.

De todas maneras, ya que no me ha enganchado por lo literario, al menos sí felicitar a Abigail Thomas, en lo personal, por haber encontrado una cierta confortabilidad en su vida después de algo tan terrible. Parece razonablemente asentada, tranquila,… y yo de eso, me alegro. Todos tenemos derecho a buscar la felicidad y nada puedo reprochar a su discurso vital..