DR. NO de Percival Everett

La editorial De Conatus acaba de publicar en español el libro de Percival Everett (1957) Dr. No, publicado originalmente en 2022 en EEUU. Esta novela es una indisimulada sátira de las películas de James Bond, en el que el malo, un super villano malísimo con recursos ilimitados, requiere de los servicios de un matemático llamado Wala Kitu, experto en la nada, para sus planes de destrucción.

Tengo que agradecer a la editorial De Conatus muchas de sus apuestas, especialmente el haberme permitido descubrir la obra de Jon Fosse. Sin duda se trata de una de esas editoriales con criterio y siempre dispuesta a apostar por autores interesantes, no muy conocidos y que en el caso de Everett, ha editado en castellano varias de sus novelas.

No hace mucho que leí por primera vez a Percival Everett, fue su libro X (Erasure) de 2001 y la verdad es que me gustó bastante. Era un autor que tenía en mi radar y disfruté de esta primera lectura, original y muy audaz en forma y fondo. Pero ya siento decir que no ha sucedido lo mismo en esta segunda lectura.

No tengo muy claro lo que pretende Everett con Dr. No, o quizás sí y lo que pasa es que simplemente no le ha salido bien. Quiere parodiar las películas de supervillanos, bajo una perspectiva que desarrolla con audacia literaria y un fondo conceptual de cierto interés, que interpela al concepto de la “nada” y que podría desembocar en una obra original e hilarante. Pero si lo que pretendía era interesar y divertir, en mi caso lo primero no se ha producido y respecto a lo segundo, el libro apenas me ha provocado alguna que otra leve sonrisa.

Creo que partiendo de una idea interesante, el autor falla en la ejecución de una obra, que aunque se lee con ligereza, no apasiona ni interesa en ningún momento y que apenas llega a entretener lo suficiente para acabarla sin más y pasar a otra cosa. Los personajes son puro cliché, planos y maniqueos, las ideas brillantes carecen de desarrollo, las situaciones se repiten en exceso, en algunas ocasiones se atenta contra la lógica más elemental que debería conservar todo argumento y al final, todo parece verse reducido a una versión de Austin Powers con ínfulas, pero sin su gracia.

El autor, desaprovecha interesantes derivadas por las que podría deambular para ceñirse al permanente esperpento, en una sucesión de acciones que no llevan a ningún lado, cuya repetición satura y que más allá de su audacia argumental, no presentan ninguna originalidad desde el punto de vista de la ejecución literaria. 

Una pena, un resbalón en el camino, que en cualquier caso no va a provocar que deje de interesarme por la obra de Everett, ni por la labor editorial de De Conatus.

LOS ALEMANES de Sergio del Molino

El escritor Sergio del Molino, acaba de publicar su última novela, Los Alemanes. La obra toma como referencia un hecho histórico no muy conocido, el de la llegada de un grupo de alemanes, en el contexto de la Primera Guerra Mundial a España provenientes de Camerún. A partir de aquí Del Molino traza un relato protagonizado por alguno de sus descendientes en el que entremezcla temas como la familia, la memoria, la muerte o la política.

He leído casi toda la obra de Del Molino, un autor que hace unos años encontró un tono y un estilo propio que ha recorrido con notables resultados y que en mi opinión ha alcanzado sus cotas más elevadas en La España vacía (2016) y La piel (2020). Así, afronto la lectura de este libro (que por cierto he antepuesto a la de Un tal González de 2022 que ahí tengo en mi estantería, esperándome y firmado por su autor).

Además, Del Molino es alguien que en mi caso me acompaña con asiduidad. La empatía y emoción que me provocó en lo personal La Mirada Violeta, añadida a su participación regular en radio, especialmente en La Cultureta, o sus artículos en El País, hace que sea alguien a quien en cierta forma sientes cercano, aunque en mi vida solo haya cruzado dos frases con él (por cierto muy amables) en una firma de libros.

Pero tengo que reconocer, que esta relación con el autor, ha menguado algo en los últimos tiempos. La Cultureta, esa parada obligatoria semanal que llevaba años escuchando, ha entrado en una dinámica con la que no término de empatizar y que me ha llevado a un abandono no total, pero sí selectivo. La Cultureta era un programa cultural que abordaba temas profundos e interesantes, con accesibilidad y cercanía, salpicado ocasionalmente por alguna anécdota privada y algún que otro chascarrillo. Pero ahora se ha convertido en un programa de chascarrillos y bromas privadas, ocasionalmente salpicado por alguna cuestión cultural de cierta hondura …Pero eso es otra cuestión, aquí he venido a hablar de Los Alemanes, que en mi opinión marca un punto de inflexión literario en la carrera de su autor.

Los protagonistas de la obra son Eva y Fede, dos hermanos que acaban de enterrar a un tercero, el mayor Gabi, descendientes de estos alemanes llegados a Zaragoza durante la Primera Guerra Mundial y que encaran un momento vital, en el que sus vidas se ven sacudidas por un pasado familiar del que son ajenos, pero que se revuelve contra ellos en una situación de vulnerabilidad personal y profesional de la que hay difícil salida. Una historia contada con un buen tempo narrativo y que tiene además la virtud de ir de menos a más, incorporando poco a poco piezas que completan un caleidoscopio de lo que somos desde el punto de vista social, político o personal y que como no puede ser de otra manera, deja algunas puertas abiertas en su resolución….como la vida misma.

Entiendo que Del Molino no ha podido evitar anclar el planteamiento o concepción de su novela, en un hecho histórico poco conocido, casi marginal, aunque muy curioso para trazar su relato. Este anclaje es el que rodea su obra, en la que siempre hay un asidero personal, mezcla de memoria, experiencias, historia y peripecia individual, que el autor aprovecha para hacer un recorrido por cuestiones que le interesan y donde él mismo se erige en actor principal.

Pero en este caso, la historia respira de otra forma. Da la impresión de que Del Molino ha entrado en esa cosa tan indeterminada y compleja como es “la madurez”. El autor ha concebido una obra robusta, llena de nervio y con momentos de gran hondura, que parece separarse de la propia personalidad individual del autor, para volar sola con la fuerza de una trama y unos personajes liberados de su padre, de su creador literario, que no pierde su voz, pero que sí que se distancia articulando la creación desde fuera. Un escritor que se aleja de la autoficción y sus meandros para adentrarse en la gran novela.

Del Molino parece entrar en el clasicismo a través de una obra que conjuga las relaciones entre hermanos, los demonios familiares, el recuerdo y que entremezcla con la convulsa vida política, la especulación económica y un punto de thriller, que aderezado con el elemento nazi (esa sal, ese condimento, que refuerza todo artefacto literario sea del tipo que sea) le han llevado a crear una obra madura y profunda, pero adictiva en su trama y con un buen andamiaje en sus fundamentos. En resumen una gran novela.

Sospecho que Del Molino no ansía convertirse en Muñoz Molina, y posiblemente menos aún en Javier Marías, a los que no tengo dudas que respetará aunque quizás desde la distancia. Pero alguno de los pasajes de esta obra, creo que serían aprobados por ambos autores (desde tierra y el cielo) por esa aparente densidad y hondura que lleva a la historia por meandros no del todo evidentes, para al final recalar en las grandes cuestiones universales, que muchas veces son las pequeñas miserias que todos llevamos dentro, nuestros anhelos y nuestros fracasos. De ahí que le diga, D.Sergio, que ese asidero historiográfico de alemanes en Zaragoza, no era necesario. Su historia vuela sola y es solo suya y de sus personajes, no fruto de circunstancias ni hechos reales, sino fruto del poso vital de los años vividos y que quizás sean el primer paso para transitar ese camino que le lleve a esa madurez incontestable, la del escritor reconocido.

PÚA de Lorenzo Silva

Púa (2023) es la última novela de Lorenzo Silva, en la que nos cuenta la historia de su protagonista, narrada por él mismo, en dos tiempos. El presente en el que un viejo amigo a punto de morir le pide un favor y el pasado, con el que se reencuentra, como miembro de la guerra sucia del Estado contra una organización terrorista.

Es a partir de aquí, y como suelo hacer en todos mis artículos, donde una vez situado al lector con los datos fundamentales de la obra a tratar, me tendría que embarcar en su análisis y crítica. Pero esta vez va a ser algo diferente. Voy a detenerme un momento en su autor, en Lorenzo Silva, y no solo en sus virtudes literarias, sino  también para saldar una pequeña deuda personal.

La historia comienza a finales de 2021,… aunque antes de nada advertirles que deben darme algo de tiempo, ya verán como todo tiene su porqué, como en el libro de  Púa. Además de escribir en este blog y en alguna otra web, fundamentalmente sobre cine y literatura, también alterno esta actividad recreativa con la creación literaria. Algo íntimo, sin trascendencia y que tan solo en dos o tres ocasiones me ha llevado a presentar alguna de mis obritas a algún concurso. Eso hice con uno que convoca anualmente una localidad toledana vinculada a D.Miguel de Cervantes

Por esas cosas que pasan, gané ese concurso, cuya entrega de premios coincidía con el pregón de unas fiestas cervantinas, que en esa ocasión estaba a cargo de Lorenzo Silva. Como parte del acto, un actor leyó mi relato (y yo diría que con su entonación también lo mejoró) hubo una breve intervención de la alcaldesa y por supuesto el discurso de Lorenzo Silva, que para mi sorpresa, al terminar el acto, se dirigió a mí para felicitarme por el relato, en un gesto de educación y generosidad por su parte. Pero fue más lejos, debió de estar atento y concentrado en la escucha del mismo, puesto que halagó su tono y originalidad y puso un especial énfasis en el final del relato donde un personaje daba las gracias a su mujer. D.Lorenzo me comentó que no era nada habitual, que en literatura y en la vida ya no había agradecimientos tan sentidos como el que yo había escrito.

Después de esto estuvimos charlando sobre los inicios de su carrera literaria y  algunas de sus primeras obras. Fue generoso conmigo, era noche cerrada, hacía frío en la plaza del pueblo y ahí estaba el hombre respondiendo (quizás aguantando) algunas de mis observaciones y compartiendo reflexiones. Pero por dentro no me sentía del todo bien. Su generosidad no era correspondida por mi parte. Conocía de sobra al escritor, le había leído en artículos y en entrevistas, estaba al tanto de su carrera literaria y los nombres de muchos de sus libros, sus temas, su actividad como responsable de festivales literarios, su labor de jurado en muchos premios…, pero no había leído ninguno de sus libros.

Como lector empedernido, era aún más dolorosa una falta, a la que además se sumaba ese contacto personal tan generoso. Consideré que la mejor forma de agradecer su gesto conmigo y limpiar mi mala conciencia, era empezar a leer su obra de inmediato. Me inicié con el libro del que más me había hablado en este encuentro La flaqueza del bolchevique (1997) sobre el que me comentó (perdone la indiscreción D.Lorenzo) que fue el que había cambiado su carrera literaria y continué con su serie de Bevilacqua y Chamorro (ya he leído los 6 primeros) y por supuesto me lancé con el libro que acababa de publicar en esas fechas, que era Castellano. Afortunadamente, puedo decir que me gustaron todas sus obras (podría no haber sido así, nunca se sabe). Bien escritas y estructuradas, hay mucho oficio en sus novelas. Precisas, contienen un elemento autóctono y social que a veces trasciende el propio artefacto literario, siendo capaces de trazar también la crónica de una época. 

Dos años y medio después, la casualidad quiso que el autor acudiese a la localidad madrileña donde resido, para presentar Púa (por cierto una presentación magistral, que fue más allá de lo literario) Tras el acto, guardé cola para que me firmara el libro y le comenté brevemente mi anterior encuentro con él hacía ya años. Yo creo que era casi imposible que se acordara, pero aún así, alabó mi obrita, aunque esta vez sin entrar en detalles, claro está, me manifestó su alegría por volver a verme y se excusó por no recordar mi nombre

Así, D.Lorenzo, que me alabó el uso del agradecimiento en mi relato cuando lo escuchó, lo que quiero hacer precisamente es eso, darle las gracias. Primero por su generosidad en nuestro primer encuentro, segundo porque aunque no era posible que me recordara, en este último, actuó con elegancia y cercanía y me hizo sentir lo contrario y tercero, y aquí empieza mi crítica literaria, por escribir Púa.

No me voy a detener mucho en hablar sobre la trama de este libro, ya que creo que merece la pena que no demos muchas pistas, así que me adentraré en el análisis más propiamente literario. Percibo en esta obra una trascendencia algo superior y una madurez de gran escritor que supera en tono y estilo a muchas de sus obras anteriores. Creo que podría considerarse a Púa como una de las novelas más ambiciosas de su autor. Magistral a la hora de mantener el ritmo y tensión narrativa, compleja por el intercalado de tiempos y espacios y difícil de articular por una narración en primera persona  que si no se hace bien, puede acabar agotando al lector.

Una voz, la del protagonista, que funda sus actos en un fin superior, sin banalizar ni idealizar los mismos. Aquí, se nos traza el relato descarnado de una vida que en cierta forma se articula también como la historia de una redención, de cómo saldar cuentas con el pasado y con uno mismo. Un viaje al alma de un ejecutor, un sicario del bien, en un contexto abierto a todo tipo de debates, como es el de la guerra sucia contra una organización terrorista, en una trama en la que cabe la acción, la emoción y un fondo de tensión permanente que el autor trabaja con esmero y rigor.

Sin duda, una lectura de envergadura que creo que puede convencer a todo tipo de lectores y que destaca sobre la superpoblada producción literaria relacionada con el thriller o la novela negra.

Enhorabuena D.Lorenzo y de nuevo, gracias.

UNA VIDA DE TRES PERROS de Abigail Thomas

Una vida de tres perros (A Three Dog Life) es una libro de Abigail Thomas (Boston, 1941) de 2006 y publicado en español por Errata Naturae en 2023, en la que la escritora nos cuenta su experiencia vital tras el accidente que sufrió su pareja y cuyas secuelas le condenaron a vivir en una residencia.

Es la primera obra de esta autora publicada en español. Una mujer que empezó tardíamente a escribir, con casi 50 años y que ha conseguido sus mayores reconocimientos con este libro, donde la protagonista es ella misma y su búsqueda de una nueva vida y la felicidad, a pesar de lo ocurrido. El libro tiene una tesis interesante, incluso algo rompedora, la idea de que el accidente de tu ser querido y una secuelas que impidan que pueda valerse, no suponga que debas enterrarte con él en vida, sino encontrar un equilibrio entre su ausencia-presencia y continuar viviendo en plenitud, compatibilizando esta situación.

Sin embargo, en lo que a mi análisis literario se refiere, diré que su lectura me ha dejado algo frío. Es un libro de memorias, interesante en su planteamiento, pero algo insulso en su desarrollo. Partiendo, como hemos dicho, de un acontecimiento interesante y traumático, en el que tu pareja tiene un accidente, con graves secuelas, no puedes vivir con él, la vida sigue, debes autojustificarte, de fondo puede asomar la mala conciencia, etc…, a partir de ahí, el desarrollo lo encuentro endeble, poco robusto.

Falta emoción en un relato algo repetitivo, donde se reincide hasta la saciedad en el papel de los perros en la historia (aquí mi escasa sensibilidad animal quizás sea la que me aleje de la empatía perruna), las visitas al hospital están contadas casi a modo de inventario, hay una amplia sucesión de rutinas domésticas (no me fascinan las enumeraciones de los  alimentos que contiene un frigorífico), ….nada me atrae en exceso. También, el que la autora cuente una historia tan personal, pero al mismo tiempo parezca dejar fuera tantos elementos de ella misma, como por ejemplo el propio hecho de que es escritora, el inexistente rol de sus hijos, la relación con otras personas,….todas estas piezas o no existen o se tornan apenas episódicos, dando relevancia exclusiva a su ensimismamiento. Creo que todo ello, acaba dotando de cierta frialdad a una obra, que de tanto pretender no dramatizar, quizás se pasa, no provocando en mi opinión, una empatía con el personajes y sus circunstancias ni ningún sentimiento verdaderamente profundo

Así, el relato se sumerge en cotidianidades, repeticiones de recuerdos, perros, visitas y un punto a lo Oliver Sacks en todo lo referente a las consecuencias de un accidente en el cerebro y las conductas que provoca, dónde situamos también el postrero y sobrevenido interés de la protagonista, por los dibujos que crean estos enfermos (insisto, todo muy Oliver Sacks).

No veo altos ni bajos, no veo emoción, no hay drama (que debería, ya que no deja de ser una tragedia la que marca toda la historia) y la comedia, que como en la vida también debe estar presente en cualquier situación, no me genera apenas sonrisa, ni complicidad alguna. Así, al final, ninguno de estos caminos por los que deambula el libro, me transmiten ningún sentimiento profundo.

Quizás el problema lo tenga yo. He compartido lectura con otras personas, cuyas opiniones estimo, a las que el libro les ha gustado mucho. Pero en mi caso, ni su tono, ni su desarrollo, ni lo que cuenta, llega a interesarme demasiado, ni mucho menos a estremecerme. Puede que sea mi agotamiento y saturación por la autoficción y todos sus aledaños, lo que me aleja de historias como esta.

De todas maneras, ya que no me ha enganchado por lo literario, al menos sí felicitar a Abigail Thomas, en lo personal, por haber encontrado una cierta confortabilidad en su vida después de algo tan terrible. Parece razonablemente asentada, tranquila,… y yo de eso, me alegro. Todos tenemos derecho a buscar la felicidad y nada puedo reprochar a su discurso vital..

UNA LECTORA NADA COMÚN de Alan Bennett

Una lectora nada común (The Uncommon Reader, 2007) publicada en español en 2008 por la Editorial Anagrama, es una novela, del dramaturgo, guionista, novelista y actor ocasional Alan Bennett (Leeds, 1934). Este libro, nos cuenta la inesperada y sobrevenida afición de la Reina de Inglaterra por la lectura, lo que la transforma y también la hace diferente a ojos del resto.

Es la primera obra que leo de Alan Bennett, al que hasta ahora solo conocía por alguna adaptación de sus libros al cine. La verdad es que el tema, el planteamiento de la novela, es interesante, atractivo e incluso algo transgresor, pero presenta, en mi opinión, tanto puntos fuertes como débiles.

Como ya he dicho, es un argumento curioso y está tratado con ironía, ligereza y otorgando a la lectura un punto de sospecha para el resto, sobre el que lo practica en exceso. Y esto, claro está, se acentúa cuando recae, nada más y nada menos, que sobre la reina de Inglaterra, cuyo afán lector podría dotarla de una singularidad de criterio que posiblemente no sea del todo conveniente.

“Los libros no se sometían. Todos los lectores son iguales y esto le remontaba a los comienzos de su vida”

Por otro lado, también tengo la impresión que sobre la base de esta interesante idea, se ha fraguado una novela corta, que quizás podría haber dado mejor medida en un relato o un cuento (posiblemente al estilo de Gay Talese). Creo que fuerza algo el desarrollo de esta buena idea, que se acaba estirando en exceso y perdiendo algo de frescura. También encuentro que su prosa no es del todo fluida, más aún para el tono desenfadado de una historia que se mueve entre la sátira y la fabulación. No pretendo pedirle a Bennett la brillantez de la prosa de McEwan, Ishiguro o Barnes, pero al menos sí que se aproxime a la de David Lodge.

En cualquier caso, hay aciertos en algunas de sus ideas. Hay muchos guiños al lector, lo cual es inteligente, puesto que todo el que lee este libro, en mayor o menor medida lo es. No deja de ser esta una obra que se dirige con gracia e ironía a las obsesiones que a veces brotan en la gente que leemos y también el recelo, que puede suscitar en el resto una actitud tan ensimismada y a veces maniática, como es la de la lectura compulsiva. Aparte, también trata de recrear con gracia situaciones domésticas del día a día de la reina. Unas familiaridades a las que nos ha acercado la serie The Crown, aunque este libro es anterior a la misma. 

“Leer es retraerse. No estar disponible. Sería más fácil de asimilar si fuera una actividad menos… egoísta”

En resumen, un cuento alargado, interesante a veces, de lectura correosa otras, con un fondo amable e inteligente. Una lectura rápida, … sin más.

EL SENTIDO DE UN FINAL de Julian Barnes

El Sentido de un Final (The Sense of an Ending, 2011) publicada en español por Anagrama en 2012, es una novela de Julian Barnes (Leicester, 1946), premiada con el Man Booker, que nos cuenta la historia de una vida, la de Tony Webster. Primero en su juventud, junto a unos amigos entre los que destacaba la singularidad de Adrian y luego en el inicio de su vejez, donde se reencuentra con su pasado y revisa sus recuerdos.

Y es que de recuerdos es de lo que va esta excepcional obra de Julian Barnes. De lo que recordamos o de lo que realmente fue y de la distancia que hay entre ambas cuestiones. Barnes, con una prosa excelsa, fluida y a la vez llena de hondura, nos lleva por los caminos de la memoria, la vida, la muerte, el pasado y el presente, el sentido de la vida y el balance de la misma, la ilusión y el desencanto.

“En aquel tiempo nos sentíamos como si nos tuvieran encerrados en una especie de redil, esperando a que nos soltasen para entrar en la vida. Y cuando llegase el momento, la vida y también el tiempo se aceleraría. ¿Cómo íbamos a saber que nuestra vida ya había comenzado, que ya habíamos obtenido algún provecho, que nos habían infligido algún daño? Y que solo nos soltarían para meternos en otro redil más grande, cuyos límites serían en principio indiscernibles”

Una novela breve, dividida en dos partes donde el narrador y protagonista, Tony, primero nos relata el recuerdo de su juventud, la relación con sus amigos, centrándose sobre todo en la descripción de la compleja personalidad del último que se une al grupo, Adrian y su primera relación con una mujer llamada Verónica. Es muchos años después cuando Tony, recién jubilado, divorciado y padre de una hija, se da de bruces con esa etapa juvenil a causa de una misteriosa carta que le obliga a retornar a su pasado dotándolo, por un lado, de perspectiva para evaluar y hacer un balance de lo que ha sido su periplo vital y por otra parte, encontrándose con una realidad, la de su vida, sus actos en el pasado y descubriendo el leve o quizás gris, sentido de su existencia y la inexactitud de lo ocurrido, de lo realizado, de los recuerdos en sí mismos y de unos hechos que quizás no sean como él los ha conformado en su mente, dando un giro al provecho de su propia existencia.

El relato de una vida en presente, desde el que se atisba de fondo el principio del final, que solo recoge el momento presente de balance y el pasado juvenil, sobre todo en lo relacionado con dos personas, Adrian y Verónica. Su matrimonio, la paternidad, una carrera profesional, el divorcio,…en resumen, los años centrales de la vida, quedan sepultados bajo el peso de unas relaciones muy específicas y la obsesión por algunos momentos muy concretos, casi episódicos, que una y otra vez son rememorados. 

“Pero el tiempo…, el tiempo primero nos encalla y después nos confunde. Creíamos ser maduros cuando lo único que hacíamos era estar a salvo. Pensábamos que éramos responsables pero sólo éramos cobardes. Lo que llamábamos realismo resultó ser una manera de evitar las cosas en lugar de afrontarlas. El tiempo…, que nos den tiempo suficiente y nuestras decisiones más sólidas parecerán temblorosas, nuestras certezas fantasiosas”

En la mejor tradición de autores británicos como Ian McEwan o Kazuo Ishiguro, Barnes ha escrito una obra maestra. Profunda, sensible, llena de matices y plagada de ideas y reflexiones brillantes, intuimos a este autor como alguien extraordinariamente dotado para sumergirse en el interior de la naturaleza humana y en las profundidades del alma y muy capaz de entrelazarlas con una escritura majestuosa.

Como en la vida de cualquiera, el protagonista, en la primera parte, revive su juventud. Una época llena de acción, acontecimientos, expectativas y certezas, que se desmoronan en una segunda, de tono más introspectivo y reflexivo, que a modo de balance, por un lado pone en duda la veracidad del relato juvenil y luego, diluye al protagonista en la grisura de una vida que él empieza a percibir entremezclada con la mezquindad de unos actos, que no alcanzaba a sospechar y sus consecuencias. Un reencuentro con su pasado y con la verdad …¿o no?, porque Barnes solo deja claro, que no hay nada claro, que los recuerdos no son hechos, y que el balance vital requiere de cotejos, revisiones y testigos ¿Qué pasó? ¿Cual es la realidad? ¿Por qué hacemos lo que hacemos y cómo influye eso en otros? Nada es del todo aprehensible, todo realidad es relativa y no todo tiene respuestas ¿No es eso la vida? Un mar de dudas en el que uno navega, casi siempre a la deriva, donde las certezas pueden acabar en dudas, donde la realidad no tiene que ver con tu recuerdo, donde el balance de una vida y su sentido …no los conoce nadie, ni siquiera uno mismo y donde el lector, tampoco puede asentar en tierra firme certeza alguna de lo que está leyendo.

Esto es El Sentido de un final, una obra maestra, una novela cumbre de este siglo, que trasciende lo literario y nos interpela directamente sobre lo que somos. 

X (Erasure) de Percival Everett

X, o Erasure en su título original en inglés (que podríamos traducir por “borrado” o “borradura” en español), es una novela de 2001 del escritor Percival Everett (EEUU, 1956) editada en España por Blackie Books. En ella se nos cuenta la historia de Thelonious “Monk” Ellison, profesor universitario, autor de novela experimental y de raza negra, en un momento de deriva profesional y personal, en el que su trabajo literario, la industria del libro y una compleja situación familiar, se entremezclan en una relato que presenta multitud de capas.

Es mi primer acercamiento a este escritor, y la verdad es que se trata de un libro muy original, interesante, con una historia que contiene a su vez muchas historias. Por un lado, está la vida personal del protagonista, en un momento de crisis profesional y el reencuentro con su familia, donde tiene que enfrentarse a la enfermedad, la muerte y a algunos secretos del pasado. Al mismo tiempo, también asiste perplejo a la deriva de la literatura hacia algo básico y lleno de jerga insustancial, en un estilo en el que él no encaja, pero al que se le quiere vincular por su raza, cuando él no tiene nada que ver con esas corrientes literarias ni ese lenguaje Así, Monk deambula por la vida perplejo, extrañado, ajeno a todo lo que le rodea y excluido de cualquier reconocimiento. Está en tierra de nadie.

» No compartía la idea de Saint-Exupery de que la muerte tenía una dimensión grandiosa. La muerte es tan pavorosamente simple como la vida: en lugar de levantarte cada mañana y dedicarte a lo tuyo, no te levantas y no te dedicas a lo tuyo.»

Su forma de enfrentarse a esto es escribir un libro, de esos insustanciales y pretendidamente negros, de los que él recela, como una forma de mofa a la industria. Pero para su sorpresa, las grandes editoriales quieren publicarlo y le ofrecen mucho dinero, produciéndose un dilema entre la integridad de la literatura y la farsa, y desdoblándose en dos personajes diferentes, el real e incorruptible y el que ha perpetrado esa novela a favor de corriente de modas y clichés raciales.

Percival Everett nos cuenta todo esto con gran audacia. Su retrato descarnado en los hechos, pero desenfadado e irónico en su tono, del drama familiar que tiene encima es brillante y la crítica mordaz a la industria literaria, el estilo, las modas, los gustos y el hecho de lo que para él es ser negro, también está narrado con afilada y certera ironía. Pero además, Everett acomete todo esto zambulléndose en mares poco explorados. Así por ejemplo, esa novela que escribe, la escribe realmente y la transcribe dentro del libro, no es simplemente una referencia. Por otro lado, el escritor salpica la novela con diálogos algo surrealistas entre grandes artistas, lo que trasluce una intención innovadora y disruptiva, como una forma de subvertir ciertas convenciones.

-Estás enfermo, Monk.

-Dime algo nuevo.

Lo mejor de todo es que la obra, más allá de este discurso de fondo, y sus múltiples capas, no entra en el academicismo ni en la densidad o altisonancia pretenciosa, sino que se mueve en un estilo y lenguaje ágil y entretenido, lo que convierte esta novela con tantas cargas de profundidad, en un artefacto atractivo para el lector, que puede moverse sin problema en las múltiples meandros de la historia.

«Hombre soltero, parece haberse deshecho de todos sus amigos. visita a su madre a diario aunque ella no le reconoce. No puede hablar con su hermano porqué su hermano está chiflado. No puede hablar con su hermana porque su hermana está muerta.»

Original e irreverente, toda una denuncia de la hipocresía cultural y literaria actuales. Pero también traza un retrato personal y familiar costumbrista y el devenir de una vida corriente, intercalando con  algunas sofisticadas y crípticas referencias culturales,…. eso es X, un todo de múltiples capas, bien contado, atractivo y audaz. Una lectura estimulante e inspiradora.

CENIZA EN LA BOCA de Brenda Navarro

Ceniza en la boca, publicada en 2022, es la segunda novela de la escritora mexicana (actualmente afincada en España) Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982).La obra trata sobre la historia de una joven, que a raíz del suicidio de su hermano pequeño, nos cuenta su vida, su niñez y juventud en México en compañía de sus abuelos, la ausencia de su madre que busca un futuro en España, su vida en este país, su etapa en Madrid, su marcha sola a Barcelona, las relaciones con su familia, su entorno, su situación sentimental y laboral y su retorno a  México con las cenizas de su hermano.

La novela es tremenda, desasosegante y llena de desesperanza. Es la historia de la protagonista pero con la presencia constante de fondo de su hermano Diego, fallecido, suicidado. Una vida truncada a través de los ojos de su hermana y una vida, la suya, triste, que la protagonista duda que merezca la pena ser vivida, sin satisfacciones, donde los escasos momentos luminosos acaban resultando falsos o engañosos.

“¿Qué pasa con los sueños postergados, con esos que no llegan porque hay una pesadilla atravesada en tu cerebro que no te deja dormir? ¿Se pudren, se apestan? A lo mejor se quedan ahí dentro, en el estómago, como una carga pesada que indigesta.”

Podríamos estructurar la novela en varias partes. La primera, una infancia y niñez en México, con una madre ausente, que está en España. La protagonista así, ejerce de madre de Diego en compañía de unos abuelos resignados y bienintencionados que ejercen también de padres, cuando ya no les corresponde, en un México hostil y violento.

En la segunda parte, se nos muestra la vida de ambos hermanos, ya con su madre, en España, su inicio en Madrid y la posterior marcha de la protagonista a Barcelona. Aquí se nos presenta un país hostil con el inmigrante e hipócrita en muchas actitudes. La precariedad laboral, ese mundo de las limpiadoras o cuidadoras (que bonita por cierto, la parte en que la protagonista cuida de Laura, una mujer muy mayor, un espejismo de humanidad en la novela) el racismo, el acoso escolar. Solo la madre, un personaje no muy desarrollado y algo espectral y distante, que más que estar, sobrevuela la trama, parece ubicada en un contexto al que sus hijos no pueden, saben o quieren adaptarse, porque la felicidad les resulta esquiva en cualquier lugar.

Luego llega el retorno a México, su viaje a solas, con las cenizas de su hermano, el reencuentro con el destino de gente de su pasado. Para concluir en un estado de ánimo descarnado e impermeable a la esperanza.

Una historia triste y terrible, que abarca muchas historias, que trata muchos temas, desde una mirada eminentemente feminista, de la que echo en falta algún momento de esperanza, una luz al final del túnel. Como contraste a la realidad, creo que sería necesaria una expectativa vital de algo y no la disección de una derrota incondicional sin más, de una protagonista convertida en una muerta viviente, con un duelo del que no sale ni parece que vaya a intentar salir y que acaba entendiendo el suicidio como una solución lógica. Esto le da cierta planicie a un personaje, con algunas dificultades para que empaticemos con él, más que con sus circunstancias Todos poseemos múltiples caras y facetas, y la derrota vital debería de ir precedida de una lucha o el instinto por al menos intentar encontrar la felicidad. Resulta difícil aceptar un abatimiento tan extremo. Todo es desolador y es complicado pensar con optimismo o esperanza en el futuro de la protagonista más allá de esta historia.

“Y no lloré, ni me dieron ganas de llorar. de pronto, así acompañada, justifiqué a Diego, abracé su decisión. No había toda una vida por delante: migajas, piezas de rompecabezas sueltas, un reloj con el tic tac averiado y una serie de acontecimientos abollados, encimados los unos de los otros sin rumbo fijo. nada de vida por delante, ni para Diego, ni para mí. al menos mi hermano tuvo la claridad de verlo y tomar el riesgo de ser el único que decidía sobre su destino”

En cualquier caso, se trata, sin duda, de una obra robusta, que usa la voz de la hermana como narradora, una primera persona, que da también voz al resto de los personajes. Una voz fuerte y poderosa, con un tono seco y amargado. una persona resignada, desesperanza, sin ganas ni medios para revertir su existencia, viviendo una vida que quizás no merece la pena ser vivida. Eso es Ceniza en la boca, una sensación de permanente tristeza, de ahogo, de no querer estar, de no querer ser, ni tener la vida que tienes. La historia de una derrota.

EL REGRESO DEL SOLDADO de Rebecca West

El regreso del soldado (The return of the soldier) es una novela de 1918 escrita por Rebecca West (1892-1983) en la que se nos cuenta el retorno de un soldado, Chris Baldry, del frente de la Primera Guerra Mundial a su hogar, en que le esperan su prima Jenny y su mujer Kitty. Pero éste vuelve en estado de amnesia, sus recuerdos han quedado bloqueados muchos años atrás, y solo recuerda a su prima (de joven), nada a su esposa, pero sí a otra mujer de la que estuvo enamorado en su juventud y de la que ambas no sabían nada.

Es mi primera lectura de una obra de Rebecca West, una autora británica cuyo nombre real era Cecily Isabel Fairfield (adopta el anterior de un personaje de una obra de Ibsen) Periodista, sufragista y feminista, escribió, además de novelas, relatos, poesía, ensayos y sobre todo, reportajes periodísticos.

Me extraña el poco conocimiento, al menos así lo percibo y formo parte de ello, de esta autora, sobre todo después de haber terminado de leer El regreso del soldado. Justo es decir que mi aproximación a esta obra proviene de María, del canal de youtube Cumbres Clásicas. El entusiasmo  con el que la vi comentar este libro, no me dejaron duda de la urgente necesidad de leerlo. La forma que tiene María de transmitir su experiencia lectora, sus análisis y el nivel de emoción que muestra al hablar de algunos detalles, hacen que, al menos yo, me sienta conectado y muy identificado con alguien a quien sin conocer consideras como “uno de los tuyos”.

Volviendo a la novela de Rebecca West, nos encontramos ante una auténtica y delicada obra maestra que transita tanto por los senderos de la emoción más profunda como de una escritura cuidada y deslumbrante. Obra breve, pero intensa, la novela trasciende lo que narra en sí, para convertir los hechos en reflejos del alma de cada uno de los personajes y hacer un recorrido por los territorios de sus sentimientos más íntimos.

La obra está contada a través de los ojos de la prima del soldado, Jenny, que junto a la mujer de éste, espera su retorno. Chris, el soldado, es un personaje idealizado por ambas mujeres, que habitan en la burbuja de una preciosa casa y cuyo mayor anhelo es su regreso al hogar. Pero este retorno idílico se torna oscuro, y todo lo que parecía seguro y confortable, se vuelve dudoso. El soldado no reconoce a su mujer, a su prima solo en su infancia, la casa y sus reformas le resultan ajenas, incluso amenazantes, y sus mejores recuerdos son para un amor de juventud, Margaret, una mujer de clase más baja, golpeada por el tiempo y por la vida que ha llevado los últimos años.

«Ni siquiera confiaba en mí, porque quien había sido su amiga era Jenny la niña y no Jenny la mujer. Todos los habitantes de esta nueva etapa eran sus enemigos y todas las circunstancias los barrotes de una prisión»

Es curioso que, ante la pureza de ese amor de juventud, se superpone la descripción de nuestra narradora, la prima, que trata a Margaret muchas veces con desdén, cuando no con crueldad o con el peor clasismo. La complejidad de la situación provoca un contexto emocionalmente extremo y las relaciones entre los personajes se vuelven casi imposibles de asimilar. A pesar de la corrección aparente y de que nadie pierde la compostura ni las formas, el estallido interior de los personajes es enorme.

«Aparté el bolso con el pie y la odie como los ricos odian a los pobres, como si fueran insectos que luchan por salir entre las grietas de su decente hogar e instauran la fealdad a plena la luz del día»

Ahí es donde se eleva una gran prosa que transita por unos caminos de hondura y sensibilidad excelsos. La autora, emplea sus descripciones elevándolas a auténticos retratos psicológicos de unos personajes cuyo mundo idílico en unos casos y resignado en otros, se ve sacudido y donde las verdaderas relaciones y complejidades, cubiertas por el manto de una aparente confortabilidad, nos muestran unas aristas hasta ahora ocultas

Todo lo anterior desemboca en un final precioso, que tiene en vilo a un lector que en cierta forma entiende y empatiza con todos los personajes, donde cada uno lleva su razón y su verdad. Hasta que no llegamos a la última página, resulta impredecible saber como se puede cerrar la historia y cual es la solución mejor y más justa para esta situación.

«Había cambiado su ilusión de convertirse en un indio piel roja por la de reconciliarse completamente con la vida. Era aquella desesperada esperanza suya de que acabaría teniendo una experiencia que obraría en su vida un influjo como el de la alquimia, convirtiendo en oro todos los oscuros metales de los acontecimientos, y que gracias a esa revelación seguiría su camino enriquecido por una alegría inextinguible»

Esta novela tiene una adaptación cinematográfica de 1982 dirigida por Alan Bridges. La película, aunque fiel a los hechos que se narran en el libro, queda muy lejos de su calidad. Resulta un film acartonado, que no ha soportado bien el paso del tiempo, aunque eso sí, posee un impresionante reparto en sus cuatro personajes principales: Alan Bates, Julie Christie, Glenda Jackson y Ann Margret.

Una gran novela, llena de emoción, matices, intensidad y espléndidamente escrita, por una autora a la que seguiré leyendo.

DE BESTIAS Y AVES de Pilar Adón

De bestias y aves es la última novela de Pilar Adón (Madrid, 1971). Una obra por la que la autora ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Narrativa y el Premio de la Crítica, de 2023. La historia del libro trata sobre una mujer, Coro, que sale de su casa, sin móvil, sin nada, en una especie de huida personal, para conducir sin un rumbo determinado, ansiando cierta sensación de libertad. Se pierde y acaba llegando a una casa habitada por una mujeres que forman una comuna, una sociedad con sus propias normas, en la que ella entra a formar parte desde su singularidad.

A partir de aquí, la autora elabora una trama, que de inicio podría recordar a alguna obra de género (como Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena o Shutter Island de Dennis Lehane), donde alguien entra en un determinado lugar o institución, aparentemente contra su voluntad, y el juego está en saber si esa persona pertenece a ese sitio o es alguien que no debe estar ahí. Pero nada más lejos de esto. Enseguida vemos que Adón no transita la convencionalidad ni las fórmulas literarias, sino que se mueve por territorios más ambiguos y profundos, como en toda su obra literaria.

Se trata de mi segundo acercamiento a la obra novelística de Pilar Adón (aparte de la lectura de algunos de sus relatos) tras Las efímeras  (que reseñé hace poco), y lo que enseguida se percibe es a una escritora fiel a su estilo y con unos elementos comunes presentes siempre en su literatura.

Pilar Adón, crea una obra que ni es género, ni es realismo, ni tiene tintes sociales. La escritora, fuera de cualquier corriente de moda, busca alejarse de lo convencional, y hacer salir al lector de su área de confort, para interpelarle sobre cuestiones de gran profundidad como el miedo, la muerte, el deseo de pertenencia o la huída de uno mismo. Así, Adón recurre aquí, como en otras de sus obras, a la creación de una sociedad utópica, independiente, con cierto halo de misterio, con individuos que buscan una especie de orden perfecto y armónico entre sus integrantes y con su entorno.

La autora, suele encuadrar a los personajes y a estas sociedades, en un contexto de naturaleza libre, casi salvaje (quizás la única naturaleza posible y real) y siempre acechante, a la que se suma la presencia de animales, y que nos acaba transmitiendo una permanente sensación de doble amenaza sobre la protagonista, por este entorno semi hostil y misterioso, y por las mujeres que lo habitan y conviven en el mismo. Pero frente a esto, a pesar de todo y de quejarse de su encierro, la protagonista, Coro,no acomete ningúna fuga, ni diseña del todo ningún plan de huída. Coro siente en cierta forma que pertenece a ese lugar, que el este arraiga en ella. Hay una atracción, algo insana, por un sitio que cree que tiene que revelarle algo y en el que emerge el recuerdo de su hermana fallecida hace años, como una presencia espectral que retorna, con el agua como elemento protagonista.

«En sus horas de búsqueda de alguien que no estaba y a la vez estaba«

Un lugar con unas reglas y distorsiones, que me recuerda en parte al cine de Tarkovski y que inquieta, desasosiega e incomoda a un lector agitado por lo que lee, donde más allá del interés de la trama, lo realmente trascendente es el cómo ocurren las cosas, lo que determina el placer por la lectura de una obra que debe hacerse de forma reposada, con detenimiento y atendiendo a todos los detalles que la jalonan

Pilar Adón es una autora muy interesante, alguien que reta al lector, llevándolo a un mundo de apariencia real, pero con contornos neblinosos, amenazantes y extraños, con un estilo muy particular y unas obsesiones y temas que se repiten a lo largo de su obra literaria. Hombre frente a la naturaleza, individuo frente al grupo, utopía y realidad, huida o pertenencia, la presencia de lo que no está, una percepción sensorial diferente de lo que te rodea… Todo eso es Pilar Adón, un universo único, inconfundible, atemporal y muy alejado de modas y corrientes.