PÚA de Lorenzo Silva

Púa (2023) es la última novela de Lorenzo Silva, en la que nos cuenta la historia de su protagonista, narrada por él mismo, en dos tiempos. El presente en el que un viejo amigo a punto de morir le pide un favor y el pasado, con el que se reencuentra, como miembro de la guerra sucia del Estado contra una organización terrorista.

Es a partir de aquí, y como suelo hacer en todos mis artículos, donde una vez situado al lector con los datos fundamentales de la obra a tratar, me tendría que embarcar en su análisis y crítica. Pero esta vez va a ser algo diferente. Voy a detenerme un momento en su autor, en Lorenzo Silva, y no solo en sus virtudes literarias, sino  también para saldar una pequeña deuda personal.

La historia comienza a finales de 2021,… aunque antes de nada advertirles que deben darme algo de tiempo, ya verán como todo tiene su porqué, como en el libro de  Púa. Además de escribir en este blog y en alguna otra web, fundamentalmente sobre cine y literatura, también alterno esta actividad recreativa con la creación literaria. Algo íntimo, sin trascendencia y que tan solo en dos o tres ocasiones me ha llevado a presentar alguna de mis obritas a algún concurso. Eso hice con uno que convoca anualmente una localidad toledana vinculada a D.Miguel de Cervantes

Por esas cosas que pasan, gané ese concurso, cuya entrega de premios coincidía con el pregón de unas fiestas cervantinas, que en esa ocasión estaba a cargo de Lorenzo Silva. Como parte del acto, un actor leyó mi relato (y yo diría que con su entonación también lo mejoró) hubo una breve intervención de la alcaldesa y por supuesto el discurso de Lorenzo Silva, que para mi sorpresa, al terminar el acto, se dirigió a mí para felicitarme por el relato, en un gesto de educación y generosidad por su parte. Pero fue más lejos, debió de estar atento y concentrado en la escucha del mismo, puesto que halagó su tono y originalidad y puso un especial énfasis en el final del relato donde un personaje daba las gracias a su mujer. D.Lorenzo me comentó que no era nada habitual, que en literatura y en la vida ya no había agradecimientos tan sentidos como el que yo había escrito.

Después de esto estuvimos charlando sobre los inicios de su carrera literaria y  algunas de sus primeras obras. Fue generoso conmigo, era noche cerrada, hacía frío en la plaza del pueblo y ahí estaba el hombre respondiendo (quizás aguantando) algunas de mis observaciones y compartiendo reflexiones. Pero por dentro no me sentía del todo bien. Su generosidad no era correspondida por mi parte. Conocía de sobra al escritor, le había leído en artículos y en entrevistas, estaba al tanto de su carrera literaria y los nombres de muchos de sus libros, sus temas, su actividad como responsable de festivales literarios, su labor de jurado en muchos premios…, pero no había leído ninguno de sus libros.

Como lector empedernido, era aún más dolorosa una falta, a la que además se sumaba ese contacto personal tan generoso. Consideré que la mejor forma de agradecer su gesto conmigo y limpiar mi mala conciencia, era empezar a leer su obra de inmediato. Me inicié con el libro del que más me había hablado en este encuentro La flaqueza del bolchevique (1997) sobre el que me comentó (perdone la indiscreción D.Lorenzo) que fue el que había cambiado su carrera literaria y continué con su serie de Bevilacqua y Chamorro (ya he leído los 6 primeros) y por supuesto me lancé con el libro que acababa de publicar en esas fechas, que era Castellano. Afortunadamente, puedo decir que me gustaron todas sus obras (podría no haber sido así, nunca se sabe). Bien escritas y estructuradas, hay mucho oficio en sus novelas. Precisas, contienen un elemento autóctono y social que a veces trasciende el propio artefacto literario, siendo capaces de trazar también la crónica de una época. 

Dos años y medio después, la casualidad quiso que el autor acudiese a la localidad madrileña donde resido, para presentar Púa (por cierto una presentación magistral, que fue más allá de lo literario) Tras el acto, guardé cola para que me firmara el libro y le comenté brevemente mi anterior encuentro con él hacía ya años. Yo creo que era casi imposible que se acordara, pero aún así, alabó mi obrita, aunque esta vez sin entrar en detalles, claro está, me manifestó su alegría por volver a verme y se excusó por no recordar mi nombre

Así, D.Lorenzo, que me alabó el uso del agradecimiento en mi relato cuando lo escuchó, lo que quiero hacer precisamente es eso, darle las gracias. Primero por su generosidad en nuestro primer encuentro, segundo porque aunque no era posible que me recordara, en este último, actuó con elegancia y cercanía y me hizo sentir lo contrario y tercero, y aquí empieza mi crítica literaria, por escribir Púa.

No me voy a detener mucho en hablar sobre la trama de este libro, ya que creo que merece la pena que no demos muchas pistas, así que me adentraré en el análisis más propiamente literario. Percibo en esta obra una trascendencia algo superior y una madurez de gran escritor que supera en tono y estilo a muchas de sus obras anteriores. Creo que podría considerarse a Púa como una de las novelas más ambiciosas de su autor. Magistral a la hora de mantener el ritmo y tensión narrativa, compleja por el intercalado de tiempos y espacios y difícil de articular por una narración en primera persona  que si no se hace bien, puede acabar agotando al lector.

Una voz, la del protagonista, que funda sus actos en un fin superior, sin banalizar ni idealizar los mismos. Aquí, se nos traza el relato descarnado de una vida que en cierta forma se articula también como la historia de una redención, de cómo saldar cuentas con el pasado y con uno mismo. Un viaje al alma de un ejecutor, un sicario del bien, en un contexto abierto a todo tipo de debates, como es el de la guerra sucia contra una organización terrorista, en una trama en la que cabe la acción, la emoción y un fondo de tensión permanente que el autor trabaja con esmero y rigor.

Sin duda, una lectura de envergadura que creo que puede convencer a todo tipo de lectores y que destaca sobre la superpoblada producción literaria relacionada con el thriller o la novela negra.

Enhorabuena D.Lorenzo y de nuevo, gracias.

FALLEN LEAVES de Aki Kaurismäki

Este pasado 2023, se estrenó la última película del director finlandés Aki Kaurismäki Fallen Leaves (Kuolleet Lehdet) que nos cuenta la historia del encuentro de un hombre y una mujer y el recorrido que les lleva a intentar establecer una relación.

Aki Kaurismäki, es uno de esos autores singulares del cine europeo, que lleva más de 40 años haciendo películas, casi siempre en su Finlandia natal, con un estilo propio e irreductible y que concita un amplio consenso en la cinefilia más sesuda. Yo empezaré por reconocer que, sin ser un gran seguidor de su cine, lo respeto mucho. He visto bastantes de sus películas y siempre me han interesado. Hay que reconocer que el cineasta tiene un estilo particular, que recorre toda su filmografía, sin apenas concesiones, muy marcado en muchas de sus constantes y siempre fiel a su mirada. El cine de este director es único y por tanto muy reconocible.

Fallen Leaves, que podríamos traducir como “Hojas caídas”, es un film que, como no puede ser de otra manera, contiene todos los elementos del cine de Kaurismäki. El estatismo, los escenarios desangelados, quietud, pocas palabras, la soledad, el minimalismo, la música, el cáustico sentido del humor,….. pero sobre todo, destila una profunda humanidad, una honda tristeza de fondo y un humanismo que se articula con la esperanza y las expectativas personales.

En esta ocasión, todos estos elementos confluyen para contar una historia de amor de las de toda la vida ¿O no? Porque todo lo que hace Kaurismaki, aunque se sustente sobre temas universales, acaba siendo singular, diferente, en un film que en en mi opinión, es uno de los más brillantes de su filmografía.

Se trata de una historia de perdedores al borde de la desilusión existencial absoluta, en una especie de encrucijada de no retorno, que de repente, sin esperarlo, se encuentran. No es fácil para ellos, como no lo son sus vidas, han perdido su trabajo, son personas solitarias y posiblemente nunca hayan compartido sus sentimientos con nadie. Pero hay una esperanza, unas ganas de redención, una ilusión por vivir, en la que Kaurismäki funde sus actos con el artificio y donde su vida, los miedos eternos, se alternan con la cinefilia de un autor que introduce otras películas como un elemento vertebrador y que en varios momentos de su desarrollo reconocemos en referencias a obras, como por ejemplo, Tú y yo o al mismo Chaplin

Es cierto que hay que entrar en este universo del director. El hieratismo de los personajes, sus diálogos entre artificiales o directamente inexistentes, la ausencia de prácticamente ninguna respuesta emocional espontánea y un sentido del humor brillante, pero seco y absurdo, extemporáneo al contexto en que se produce. Todo esto, entiendo que pueda crear confusión y a veces ansiedad en un espectador, que parece que ve autómatas en vez de actores, monólogos en vez de diálogos y siempre sumergido en un contexto de frialdad y desamparo desasosegante. Pero si entramos en su juego,  descubriremos un fondo de humanismo, bondad, redención y segundas oportunidades que resulta conmovedor.

Economía de gestos, medios, palabras e incluso tiempo (la película apenas dura 80 minutos) para desde la esencia desnuda, abordar la universalidad de temas como el alcoholismo, la derrota, la precariedad económica o el amor y conseguir transmitir, desde la frialdad del témpano de hielo en que el director envuelve sus películas, un sentimiento de emoción y cercanía con el espectador.

Sin duda, uno de los films más estimulantes e interesantes de los últimos tiempos. 

UNA VIDA DE TRES PERROS de Abigail Thomas

Una vida de tres perros (A Three Dog Life) es una libro de Abigail Thomas (Boston, 1941) de 2006 y publicado en español por Errata Naturae en 2023, en la que la escritora nos cuenta su experiencia vital tras el accidente que sufrió su pareja y cuyas secuelas le condenaron a vivir en una residencia.

Es la primera obra de esta autora publicada en español. Una mujer que empezó tardíamente a escribir, con casi 50 años y que ha conseguido sus mayores reconocimientos con este libro, donde la protagonista es ella misma y su búsqueda de una nueva vida y la felicidad, a pesar de lo ocurrido. El libro tiene una tesis interesante, incluso algo rompedora, la idea de que el accidente de tu ser querido y una secuelas que impidan que pueda valerse, no suponga que debas enterrarte con él en vida, sino encontrar un equilibrio entre su ausencia-presencia y continuar viviendo en plenitud, compatibilizando esta situación.

Sin embargo, en lo que a mi análisis literario se refiere, diré que su lectura me ha dejado algo frío. Es un libro de memorias, interesante en su planteamiento, pero algo insulso en su desarrollo. Partiendo, como hemos dicho, de un acontecimiento interesante y traumático, en el que tu pareja tiene un accidente, con graves secuelas, no puedes vivir con él, la vida sigue, debes autojustificarte, de fondo puede asomar la mala conciencia, etc…, a partir de ahí, el desarrollo lo encuentro endeble, poco robusto.

Falta emoción en un relato algo repetitivo, donde se reincide hasta la saciedad en el papel de los perros en la historia (aquí mi escasa sensibilidad animal quizás sea la que me aleje de la empatía perruna), las visitas al hospital están contadas casi a modo de inventario, hay una amplia sucesión de rutinas domésticas (no me fascinan las enumeraciones de los  alimentos que contiene un frigorífico), ….nada me atrae en exceso. También, el que la autora cuente una historia tan personal, pero al mismo tiempo parezca dejar fuera tantos elementos de ella misma, como por ejemplo el propio hecho de que es escritora, el inexistente rol de sus hijos, la relación con otras personas,….todas estas piezas o no existen o se tornan apenas episódicos, dando relevancia exclusiva a su ensimismamiento. Creo que todo ello, acaba dotando de cierta frialdad a una obra, que de tanto pretender no dramatizar, quizás se pasa, no provocando en mi opinión, una empatía con el personajes y sus circunstancias ni ningún sentimiento verdaderamente profundo

Así, el relato se sumerge en cotidianidades, repeticiones de recuerdos, perros, visitas y un punto a lo Oliver Sacks en todo lo referente a las consecuencias de un accidente en el cerebro y las conductas que provoca, dónde situamos también el postrero y sobrevenido interés de la protagonista, por los dibujos que crean estos enfermos (insisto, todo muy Oliver Sacks).

No veo altos ni bajos, no veo emoción, no hay drama (que debería, ya que no deja de ser una tragedia la que marca toda la historia) y la comedia, que como en la vida también debe estar presente en cualquier situación, no me genera apenas sonrisa, ni complicidad alguna. Así, al final, ninguno de estos caminos por los que deambula el libro, me transmiten ningún sentimiento profundo.

Quizás el problema lo tenga yo. He compartido lectura con otras personas, cuyas opiniones estimo, a las que el libro les ha gustado mucho. Pero en mi caso, ni su tono, ni su desarrollo, ni lo que cuenta, llega a interesarme demasiado, ni mucho menos a estremecerme. Puede que sea mi agotamiento y saturación por la autoficción y todos sus aledaños, lo que me aleja de historias como esta.

De todas maneras, ya que no me ha enganchado por lo literario, al menos sí felicitar a Abigail Thomas, en lo personal, por haber encontrado una cierta confortabilidad en su vida después de algo tan terrible. Parece razonablemente asentada, tranquila,… y yo de eso, me alegro. Todos tenemos derecho a buscar la felicidad y nada puedo reprochar a su discurso vital..

ANATOMÍA DE UNA CAÍDA de Justine Triet

Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute, 2023) es una película francesa, dirigida por Justine Triet (Francia, 1978) cuyo argumento se centra en la investigación y el juicio sobre la muerte de un hombre que ha caído desde una ventana de la casa en la que vive con su pareja y su hijo.

He tardado algo más de la cuenta en ver esta película. Sobre todo, porque ya desde su estreno en el Festival de Cannes, este film tenía ese aire, prestigio, premios y reconocimientos, que a priori la situaban como la gran película del año. La casi unanimidad de la crítica, la Palma de Oro en el Festival de Cannes, sus numerosas nominaciones en los Oscars, etc le hacían desprender un aroma que la emparentaba con films como Parásitos (2019). Fenómenos alejados del contexto hollywoodiense, que a base de calidad y cierta singularidad, conseguían tener una trascendencia global. Así, llevo meses de espera, incluso alargando de forma voluntaria, a la búsqueda de ese momento de íntimo placer, de pausa, de tranquilidad, para ver esa a priori, obra definitiva, cumbre, del 2023.

Tengo que empezar diciendo que la película de Triet (de la que solo había visto La batalla de Solferino de 2013) es sumamente interesante, llena de momentos de una intensidad muy poderosa y plagada de elementos que rehuyen del artificio cinematográfico más convencional. La historia es potente, el relato de los personajes resulta muy convincente, las situaciones están presentadas con un naturalismo notable y el juicio tiene algunos momentos de gran intensidad y emoción.

Nada que decir en contra de un film, con un tratamiento muy original como el que hace Triet, acompañada en el guion por Arthur Harari, de un tema que, a priori, ha sido muy desarrollado en el cine. Un crimen, un juicio, la familia involucrada, el esclarecimiento de unos hechos,… pero llevados un punto más allá y por senderos poco transitados.

Pero al mismo tiempo, también tengo que reconocer que aunque me ha gustado y me ha interesado mucho la película, no me ha deslumbrado. Se trata de un giro a las películas de juicios, que a mi me gustan mucho y que en la historia del cine nos han dado grandes momentos, que en este caso, con esa perspectiva novedosa y ese tratamiento original, que le ha querido otorgar naturalidad, cotidianidad e incluso cierta frialdad en algunos momentos, no me ha sobrecogido del todo. Aunque reconozco que sí llega a conseguirlo en ciertas ocasiones, como en lo que se refiere al relato de una relación de pareja con la que todo el mundo se puede reconocer en algún momento de su vida y con el poso de una historia, en la que como espectador, también dudas sobre lo que pudo pasar realmente, y que en cierta manera se representa en la mirada defectuosa del hijo, los múltiples detalles, la verosimilitud de los testimonios, la realidad o no de los recuerdos y finalmente, tomar partido por alguien.

Me encantan las recreaciones, la discusión central de la pareja, dejar en suspenso y a la libre interpretación del espectador lo que ocurre y la posición central del hijo. También la fría y algo ambigua actitud de la protagonista, encarnada por una siempre espléndida Sandra Hüller, el abogado, la inmediatez con la que se suceden los acontecimientos, la falta de transiciones por un lado y el tomarse tiempo en detalles y diálogos por otro, … Hay muchos elementos muy estimables.

Todo muy bien y muy interesante, deja poso. Una clásica película de juicios, pasada por el tamiz del cine de autor y que aunque no me conmueve del todo, no puedo dejar de reconocerla como una película más que notable y a al que aún retorno días después de haberla visto,

UNA LECTORA NADA COMÚN de Alan Bennett

Una lectora nada común (The Uncommon Reader, 2007) publicada en español en 2008 por la Editorial Anagrama, es una novela, del dramaturgo, guionista, novelista y actor ocasional Alan Bennett (Leeds, 1934). Este libro, nos cuenta la inesperada y sobrevenida afición de la Reina de Inglaterra por la lectura, lo que la transforma y también la hace diferente a ojos del resto.

Es la primera obra que leo de Alan Bennett, al que hasta ahora solo conocía por alguna adaptación de sus libros al cine. La verdad es que el tema, el planteamiento de la novela, es interesante, atractivo e incluso algo transgresor, pero presenta, en mi opinión, tanto puntos fuertes como débiles.

Como ya he dicho, es un argumento curioso y está tratado con ironía, ligereza y otorgando a la lectura un punto de sospecha para el resto, sobre el que lo practica en exceso. Y esto, claro está, se acentúa cuando recae, nada más y nada menos, que sobre la reina de Inglaterra, cuyo afán lector podría dotarla de una singularidad de criterio que posiblemente no sea del todo conveniente.

“Los libros no se sometían. Todos los lectores son iguales y esto le remontaba a los comienzos de su vida”

Por otro lado, también tengo la impresión que sobre la base de esta interesante idea, se ha fraguado una novela corta, que quizás podría haber dado mejor medida en un relato o un cuento (posiblemente al estilo de Gay Talese). Creo que fuerza algo el desarrollo de esta buena idea, que se acaba estirando en exceso y perdiendo algo de frescura. También encuentro que su prosa no es del todo fluida, más aún para el tono desenfadado de una historia que se mueve entre la sátira y la fabulación. No pretendo pedirle a Bennett la brillantez de la prosa de McEwan, Ishiguro o Barnes, pero al menos sí que se aproxime a la de David Lodge.

En cualquier caso, hay aciertos en algunas de sus ideas. Hay muchos guiños al lector, lo cual es inteligente, puesto que todo el que lee este libro, en mayor o menor medida lo es. No deja de ser esta una obra que se dirige con gracia e ironía a las obsesiones que a veces brotan en la gente que leemos y también el recelo, que puede suscitar en el resto una actitud tan ensimismada y a veces maniática, como es la de la lectura compulsiva. Aparte, también trata de recrear con gracia situaciones domésticas del día a día de la reina. Unas familiaridades a las que nos ha acercado la serie The Crown, aunque este libro es anterior a la misma. 

“Leer es retraerse. No estar disponible. Sería más fácil de asimilar si fuera una actividad menos… egoísta”

En resumen, un cuento alargado, interesante a veces, de lectura correosa otras, con un fondo amable e inteligente. Una lectura rápida, … sin más.

VIDAS PASADAS de Celine Song

Recientemente se ha estrenado en plataformas una de las grandes sensaciones cinematográficas de la temporada 2023. Se trata de la película Vidas Pasadas (Past Lives) de la directora debutante Celine Song (que también escribe el guion) que nos cuenta la historia de dos amigos de la infancia criados en Corea del Sur, separados a los 10 años y de la historia de su reencuentro muchos años después.

No me dilato en emitir mi veredicto, afirmando que estamos ante una película preciosa. Se trata de una historia de amor cargada de sensibilidad, que contiene alguno de los momentos más bellos y emocionantes que he visto en cine en los últimos tiempos. Se nos retrata el encuentro de dos personas (muy bien interpretadas por Greta Lee y Yoo Teo) que en su infancia generaron entre ellos un vínculo enorme y que en cierta manera, con vidas muy distanciadas y una cultura, expectativa y momento vital muy diferentes por los senderos que ha tomado cada uno, vuelven a contactar y reencontrarse.

La directora acierta empleando un tono reposado, a veces contemplativo, abrigado por una música envolvente y muy original, que aúna los sentimientos universales y eternos, en un contexto de amor posmoderno. Así, se nos retratan cuestiones como el recuerdo, el compromiso, las diferencias culturales y de carácter, la comprensión y algunos sentimientos  que perduran, pero que la vida ha decidido que no hayan arraigado entre los protagonistas de forma material.

Se retrata a todos los personajes con mucha sensibilidad, empatizando con cada uno, comprendiendo y entendiendo sus comportamientos y creando en el espectador una mezcla de empatía y expectación por ver cómo reaccionan en cada situación. Ya que como he dicho, el film nos salpica con algunos momentos de tal intensidad que nos ponen al borde de la emoción. Su reencuentro físico, cuando se conocen marido y amigo, la despedida entre ambos, … creo que son secuencias que mezclan autenticidad y hondura de una forma tal, que cuesta no estremecerse ante cada una de ellas. Pura verdad, pura sutileza.

Una película magnífica, una historia de amor de las que ya apenas se hacen. Modesta, delicada, su apuesta son los pequeños detalles, los gestos más mínimos, con una mezcla de comprensión y tristeza que nos envuelven durante su visionado. Una gran historia, que parece recolectar los mejores frutos de Lost in traslation y Los Puentes de Madison, en el contexto de las relaciones en los tiempos actuales, pero con la esencia y la profundidad de sentimientos indelebles y eternos.

Una gran película, poco probable y alejada del contexto pirotécnico y superficial del cine contemporáneo, que nos conecta con emociones llenas de verdad. No se la pierdan.

EL SENTIDO DE UN FINAL de Julian Barnes

El Sentido de un Final (The Sense of an Ending, 2011) publicada en español por Anagrama en 2012, es una novela de Julian Barnes (Leicester, 1946), premiada con el Man Booker, que nos cuenta la historia de una vida, la de Tony Webster. Primero en su juventud, junto a unos amigos entre los que destacaba la singularidad de Adrian y luego en el inicio de su vejez, donde se reencuentra con su pasado y revisa sus recuerdos.

Y es que de recuerdos es de lo que va esta excepcional obra de Julian Barnes. De lo que recordamos o de lo que realmente fue y de la distancia que hay entre ambas cuestiones. Barnes, con una prosa excelsa, fluida y a la vez llena de hondura, nos lleva por los caminos de la memoria, la vida, la muerte, el pasado y el presente, el sentido de la vida y el balance de la misma, la ilusión y el desencanto.

“En aquel tiempo nos sentíamos como si nos tuvieran encerrados en una especie de redil, esperando a que nos soltasen para entrar en la vida. Y cuando llegase el momento, la vida y también el tiempo se aceleraría. ¿Cómo íbamos a saber que nuestra vida ya había comenzado, que ya habíamos obtenido algún provecho, que nos habían infligido algún daño? Y que solo nos soltarían para meternos en otro redil más grande, cuyos límites serían en principio indiscernibles”

Una novela breve, dividida en dos partes donde el narrador y protagonista, Tony, primero nos relata el recuerdo de su juventud, la relación con sus amigos, centrándose sobre todo en la descripción de la compleja personalidad del último que se une al grupo, Adrian y su primera relación con una mujer llamada Verónica. Es muchos años después cuando Tony, recién jubilado, divorciado y padre de una hija, se da de bruces con esa etapa juvenil a causa de una misteriosa carta que le obliga a retornar a su pasado dotándolo, por un lado, de perspectiva para evaluar y hacer un balance de lo que ha sido su periplo vital y por otra parte, encontrándose con una realidad, la de su vida, sus actos en el pasado y descubriendo el leve o quizás gris, sentido de su existencia y la inexactitud de lo ocurrido, de lo realizado, de los recuerdos en sí mismos y de unos hechos que quizás no sean como él los ha conformado en su mente, dando un giro al provecho de su propia existencia.

El relato de una vida en presente, desde el que se atisba de fondo el principio del final, que solo recoge el momento presente de balance y el pasado juvenil, sobre todo en lo relacionado con dos personas, Adrian y Verónica. Su matrimonio, la paternidad, una carrera profesional, el divorcio,…en resumen, los años centrales de la vida, quedan sepultados bajo el peso de unas relaciones muy específicas y la obsesión por algunos momentos muy concretos, casi episódicos, que una y otra vez son rememorados. 

“Pero el tiempo…, el tiempo primero nos encalla y después nos confunde. Creíamos ser maduros cuando lo único que hacíamos era estar a salvo. Pensábamos que éramos responsables pero sólo éramos cobardes. Lo que llamábamos realismo resultó ser una manera de evitar las cosas en lugar de afrontarlas. El tiempo…, que nos den tiempo suficiente y nuestras decisiones más sólidas parecerán temblorosas, nuestras certezas fantasiosas”

En la mejor tradición de autores británicos como Ian McEwan o Kazuo Ishiguro, Barnes ha escrito una obra maestra. Profunda, sensible, llena de matices y plagada de ideas y reflexiones brillantes, intuimos a este autor como alguien extraordinariamente dotado para sumergirse en el interior de la naturaleza humana y en las profundidades del alma y muy capaz de entrelazarlas con una escritura majestuosa.

Como en la vida de cualquiera, el protagonista, en la primera parte, revive su juventud. Una época llena de acción, acontecimientos, expectativas y certezas, que se desmoronan en una segunda, de tono más introspectivo y reflexivo, que a modo de balance, por un lado pone en duda la veracidad del relato juvenil y luego, diluye al protagonista en la grisura de una vida que él empieza a percibir entremezclada con la mezquindad de unos actos, que no alcanzaba a sospechar y sus consecuencias. Un reencuentro con su pasado y con la verdad …¿o no?, porque Barnes solo deja claro, que no hay nada claro, que los recuerdos no son hechos, y que el balance vital requiere de cotejos, revisiones y testigos ¿Qué pasó? ¿Cual es la realidad? ¿Por qué hacemos lo que hacemos y cómo influye eso en otros? Nada es del todo aprehensible, todo realidad es relativa y no todo tiene respuestas ¿No es eso la vida? Un mar de dudas en el que uno navega, casi siempre a la deriva, donde las certezas pueden acabar en dudas, donde la realidad no tiene que ver con tu recuerdo, donde el balance de una vida y su sentido …no los conoce nadie, ni siquiera uno mismo y donde el lector, tampoco puede asentar en tierra firme certeza alguna de lo que está leyendo.

Esto es El Sentido de un final, una obra maestra, una novela cumbre de este siglo, que trasciende lo literario y nos interpela directamente sobre lo que somos. 

AMERICAN FICTION de Cord Jefferson

Antes de adentrarme en el análisis de esta película, voy a hacer un comentario previo, que ya anticipo que coloca al film a la deriva de una opinión por mi parte, quizás no del todo ajustada o atinada. Soy un férreo defensor de separar la obra literaria de su eventual adaptación cinematográfica. Tal es así, que ya que hay tanto que leer en la vida, tengo por norma, como criterio de prioridad, postergar o a veces incluso desechar, las lecturas sobre las que se han adaptado películas que he visto o voy a ver salvo claro está, que nos encontremos ante clásicos incontestables o circunstancias de oportunidad especiales.

Sin embargo, no ha sido así en el caso que nos ocupa. Un interés por el libro de mi amigo Alex, mi curiosidad por conocer esta obra y a este autor, darme de bruces con el libro en la biblioteca de mi ciudad sin estar buscándolo y las ganas de ver las películas nominadas este año a los Oscars, han provocado una confluencia de factores que han acabado en un monográfico de una semana leyendo el libro y viendo la película en que está basado. Ejercicio, que como ya he comentado, no suelo transitar salvo excepciones y que siempre me deja la duda sobre si mi opinión está viciada y quizás debería guardarla para mí.

En casos como estos, quien lleva las de perder es la película, que a su condición de apéndice, heredera o deudora de un soporte literario, aquí se suma le de ser vista después de haber leído la novela que adapta. Y claro, no es justo, uno crea sus ideas, estética, personajes y tono en su cabeza y el director (que no soy yo) tiene otro. De la novela, X, ya he hablado en mi último artículo, y lo hice de forma muy elogiosa https://librosypelisreview.wordpress.com/2024/03/17/x-erasure-de-percival-everett/ . Ahora, me adentro en la crítica de la película.

American Fiction es un film de 2023 estrenado a finales de febrero en España, directamente a través de Amazon Prime, que nos cuenta la historia de un escritor negro, su relación con la industria editorial, con su familia y el intento de quitarse la etiqueta o cliché de típico autor negro, convirtiéndose al final en uno sin pretenderlo, con la impostura que ello conlleva.

La película es entretenida, no esta mal, el tema interesante y muy original y su protagonista, omnipresente durante todo el metraje ,a priori ofrece las mayores garantías al estar encarnado por el siempre solvente Jeffrey Wright. Por tanto, buena historia, buen protagonista, buenos mimbres, pero….. me da la impresión que le falta algo a un argumento lleno de ácidas críticas, mala leche, mucha irreverencia y un punto rupturista, que ha sido llevado a la pantalla de una forma convencional, casi como un telefilm costumbrista. Interesante, eso sí, que se deja ver, eso también, pero que no llama la atención por nada en especial y que no hace que me remueva en mi sofá o me sobresalte en algún momento, quedando complacido por lo que veo, pero también algo aletargado.

Se trata de una película que se ve con agrado, pero que a veces falla por una realización algo ramplona, que lo fía todo a la fuerza de un argumento al que apenas se le saca partido y que utiliza un tono muy alejado del que requiere la historia y sus personajes. La dinamita que lleva dentro, queda reducida a una cajita con un lazo rosa.

Parece que una película políticamente incorrecta a priori, se ha convertido en un film adocenado que más que pretender provocar, parece intentar no molestar demasiado y que intenta abarcar en exceso, pero sin rematar nada del todo. Así, el film acaba resultando un tanto edulcorado y parece pedir a gritos un director de entidad y con más ambición que hubiese ido a degüello.

¿Y si no hubiera leído el libro, opinaría otra cosa? Pues igual sí, pero el caso es que lo he hecho y es lo que hay. Sin duda pones el listón más alto y judicializas más la película, pero por otro lado, también recuerdo que hice lo mismo hace pocos años con Patria, libro y serie, y me parecieron ambas excepcionales, con lo cual, sí que es posible conseguir la excelencia en ambos ámbitos, cosa que no ha sucedido en esta ocasión.

X (Erasure) de Percival Everett

X, o Erasure en su título original en inglés (que podríamos traducir por “borrado” o “borradura” en español), es una novela de 2001 del escritor Percival Everett (EEUU, 1956) editada en España por Blackie Books. En ella se nos cuenta la historia de Thelonious “Monk” Ellison, profesor universitario, autor de novela experimental y de raza negra, en un momento de deriva profesional y personal, en el que su trabajo literario, la industria del libro y una compleja situación familiar, se entremezclan en una relato que presenta multitud de capas.

Es mi primer acercamiento a este escritor, y la verdad es que se trata de un libro muy original, interesante, con una historia que contiene a su vez muchas historias. Por un lado, está la vida personal del protagonista, en un momento de crisis profesional y el reencuentro con su familia, donde tiene que enfrentarse a la enfermedad, la muerte y a algunos secretos del pasado. Al mismo tiempo, también asiste perplejo a la deriva de la literatura hacia algo básico y lleno de jerga insustancial, en un estilo en el que él no encaja, pero al que se le quiere vincular por su raza, cuando él no tiene nada que ver con esas corrientes literarias ni ese lenguaje Así, Monk deambula por la vida perplejo, extrañado, ajeno a todo lo que le rodea y excluido de cualquier reconocimiento. Está en tierra de nadie.

» No compartía la idea de Saint-Exupery de que la muerte tenía una dimensión grandiosa. La muerte es tan pavorosamente simple como la vida: en lugar de levantarte cada mañana y dedicarte a lo tuyo, no te levantas y no te dedicas a lo tuyo.»

Su forma de enfrentarse a esto es escribir un libro, de esos insustanciales y pretendidamente negros, de los que él recela, como una forma de mofa a la industria. Pero para su sorpresa, las grandes editoriales quieren publicarlo y le ofrecen mucho dinero, produciéndose un dilema entre la integridad de la literatura y la farsa, y desdoblándose en dos personajes diferentes, el real e incorruptible y el que ha perpetrado esa novela a favor de corriente de modas y clichés raciales.

Percival Everett nos cuenta todo esto con gran audacia. Su retrato descarnado en los hechos, pero desenfadado e irónico en su tono, del drama familiar que tiene encima es brillante y la crítica mordaz a la industria literaria, el estilo, las modas, los gustos y el hecho de lo que para él es ser negro, también está narrado con afilada y certera ironía. Pero además, Everett acomete todo esto zambulléndose en mares poco explorados. Así por ejemplo, esa novela que escribe, la escribe realmente y la transcribe dentro del libro, no es simplemente una referencia. Por otro lado, el escritor salpica la novela con diálogos algo surrealistas entre grandes artistas, lo que trasluce una intención innovadora y disruptiva, como una forma de subvertir ciertas convenciones.

-Estás enfermo, Monk.

-Dime algo nuevo.

Lo mejor de todo es que la obra, más allá de este discurso de fondo, y sus múltiples capas, no entra en el academicismo ni en la densidad o altisonancia pretenciosa, sino que se mueve en un estilo y lenguaje ágil y entretenido, lo que convierte esta novela con tantas cargas de profundidad, en un artefacto atractivo para el lector, que puede moverse sin problema en las múltiples meandros de la historia.

«Hombre soltero, parece haberse deshecho de todos sus amigos. visita a su madre a diario aunque ella no le reconoce. No puede hablar con su hermano porqué su hermano está chiflado. No puede hablar con su hermana porque su hermana está muerta.»

Original e irreverente, toda una denuncia de la hipocresía cultural y literaria actuales. Pero también traza un retrato personal y familiar costumbrista y el devenir de una vida corriente, intercalando con  algunas sofisticadas y crípticas referencias culturales,…. eso es X, un todo de múltiples capas, bien contado, atractivo y audaz. Una lectura estimulante e inspiradora.

DUNE: PARTE 2 de Denis Villeneuve

Se acaba de estrenar Dune: Parte 2, la segunda entrega que adapta la saga literaria creada por Frank Herbert y la continuación de Dune (2021) que ahora con el protagonismo absoluto de Paul Atreides junto a los Fremen nos cuenta su camino hacia un liderazgo de tipo mesiánico.

A mi me gusta ir al cine. Creo que la experiencia cinematográfica solo se puede vivir de forma completa cuando se disfruta de una película en una sala oscura. Pero reconozco que últimamente no voy lo que me gustaría y lo que debería. La baja calidad del cine actual, la multitud de estrenos directos en plataformas o la escasa duración en cartelera de muchas películas, dificultan el ritual de ir al cine, que es sustituido muchas veces por la pantalla doméstica. Pero cuando uno acude a ver una película como Dune: Parte 2, te reconcilias y te reencuentras con la fantástica experiencia de la sala cinematográfica, y con el cine en general. El cine como gran espectáculo visual, narrativo y artístico.

Y es que Dune:Parte 2, es una película impresionante desde diferentes puntos de vista. El primero el visual, su atmósfera, consiguiendo recrear un ambiente, una textura en las imágenes, una espectacularidad y una elegancia en la puesta en escena, que en muchas ocasiones sobrecoge. Una emoción que más allá de lo visual, también se nos revela en las secuencias de acción y algunos momentos especialmente dramáticos, que a mi al menos, me tienen con el corazón en un puño y la tensión a flor de piel. Muy ambicioso es también la historia, sus derivadas, la mezcla de intimismo y grandiosidad, con la evolución personal del protagonista y las intrigas palaciegas entre los diferentes personajes de los diversos bandos.. y acompañando todo esto, la música de Hans Zimmer, que se reencuentra con su mejor nivel, en una partitura donde parecen converger la banda sonora de Gladiator y sus mejores colaboraciones con Nolan.

Es todo un disfrute, más de dos horas y media de puro entretenimiento, emoción, acción y deslumbramiento visual, que hace que más que ver una película te estés enfrentando a toda una experiencia. Lo que siento es que haya que esperar al menos dos años  para poder ver la continuación de esta historia y de sus personajes. Siempre he tenido dudas con las sagas cinematográficas, con un hilo argumental tan definido, cuando pasan algunos años entre una entrega y otra, ya que la trama queda demasiado en suspenso. Aquí hay un cierre razonable y un cambio de etapa en la historia, pero la espera se me hace larga y el desenganche con la narración, pasados 2 años (que fueron tres respecto a la primera) es un riesgo. 

También me llama la atención cierto punto Star Wars en la historia. Aparece el concepto de fuerza, un elegido que tiene que pasar pruebas físicas y de descubrimiento personal, mezclado con lo que parecen algunos poderes mentales especiales. Y además esos giros donde los buenos resulta que son hijos de los malos…..acierto a ver ciertas conexiones narrativas y escenarios paralelos, aunque Dune opta más por la trascendencia y la grandiosidad, que por el entretenimiento y la ligereza de Star Wars.

Por otro lado, la nueva entrega de Dune nos presenta a un malo tremendo y antológico, el sobrino del jefe de los Harkonen, interpretado por Austin Butler, nuevos personajes femeninos misteriosos y con más peso, un excelente Timothee Chalamet como protagonista absoluto del film y todo ello rodeado de unas secuencias de acción, distribuidas en sus dosis exactas, que convierten a este film en una película casi perfecta y digo casi, porque como un muchas obras cinematográficas y literarias de ciencia ficción, hay a veces un exceso de verborrea y falsa trascendencia que saturan en algunos momentos. También he visto glosar alguna comparación de esta obra con Lawrence de Arabia (David Lean, 1962), pero tampoco nos pasemos, más allá de la presencia del desierto y algún plano homenaje, no creo que sean cintas equiparables.

Su responsable, el director de origen canadiense Dennis Villeneuve. Yo creo que atendiendo a la calidad de sus películas e incluso a su variedad y recursos visuales, es un director en cuya liga ya prácticamente solo juega Christopher Nolan, pero cuya filmografía creo que supera en calidad y variedad a la del británico. Es portentoso todo lo que rueda Villeneuve, tiene una mirada y un estilo únicos. Un tempo, un ritmo, un sentido de la espectacularidad, de la épica, la puesta en escena, la emoción, la profundidad de los personajes,…. Un director extraordinario en toda su filmografía, uno de los más grandes, sinó el más, en la actualidad, en lo que a grandes producciones se refiere.

Como decía Carlos Pumares cuando yo era muy jovencito, el cine, en el cine, pero en este caso, más que un consejo, es una necesidad. No os perdáis el espectáculo visual y artístico que ofrece esta obra magna que debe ser vista en pantalla grande.